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Dame un besito

Abr 13, 2019 | Blog, Reflexiones

Recuerdo como si fuera ayer una situación de las más humillantes que viví como niña (digo de las más porque la recuerdo); mi canguro en la puerta de casa, yo al otro lado del pasillo y mi padre entre medio de las dos.

Yo estaba enfadada, muy muy muy enfadada. Ni siquiera recuerdo porque. Pero recuerdo como si fuera ayer el sentimiento, la sensación, creo que estaba llorando (de rabia).
En esto, sucede esta situación.

Mi padre: Dale un beso a Isabel.
Yo: ¡NO!
Mi padre: He dicho que le des un beso a Isabel que se va.
Yo: ¡NO QUIERO!
Después de repetirlo un par de veces comienza esa odiada técnica que indicaba el ultimátum
Mi padre: 1…2…¡3!

Seguí inmóvil, mi padre pasó al cachete en el culo y en ese momento supe que la única forma de salir de esta situación era cediendo. Recuerdo la sensación de rabia y humillación. Avancé y entre lágrimas le di un beso a Isabel. Ella se fue (lo estaba pasando mal también), y todo se acabó.

Yo no recuerdo cuál fue la situación previa, Isabel era una santa así que es probable que yo no tuviera razón, ¡Quién sabe! Lo que estaba claro es que con razón o sin ella me vi obligada a regalarle un beso, a la fuerza y en contra de mi voluntad, hecho que se me ha quedado marcado hasta hoy.

Que conste que mi padre es el mejor padre del mundo, (muchas diréis: sí claro) me quiere con locura y soy la niña de sus ojos, pero fue educado de otra manera y había cosas que antes no se llegaban a entender y conocer como lo hacemos ahora.

De hecho tanto mi padre como mi madre son muy del “besito” del pedirlo o incluso exigirlo, y creo que eso es lo que ha hecho en parte que yo sea muy reticente a estas muestras de cariño. Imagino que muchas de vosotras sabéis de qué hablo.

Para los niños y niñas, los besos son un acto de amor y cariño entre sus seres queridos, que les nace y dan cuando apetece. No entienden el beso social (no les culpo, este tema me daría para otro post así que voy a obligarme a no entrar en él hoy).

Quiero contar una anécdota que me contaron en uno de los cursos de CRAEV (sí, soy muy pesada pero es la formación que cambió mi mirada) cuando la hija de una de las formadoras un día le dijo a su madre:
– Mamá, ¿podemos darnos un beso de los que os dais los mayores?
Ella, aún temiéndose lo peor, contestó:
– Vale…
Entonces su hija le espetó dos “no besos” de esos de juntar mejilla con mejilla. Esa niña de 6 años ya sabía la diferencia entre los besos de verdad y los que se dan los mayores. Esa niña no había sido obligada a dar besos de verdad, a mayores que se dan besos de mentira.

Nos damos cuenta, y no lo hacemos con mala intención, pero queremos empoderar a nuestros niños y niñas para que sean dueños de su cuerpo, aprendan a decir NO, sepan denunciar las acciones que no les gustan PEEEERO, que nos den un beso cuando queramos. Además, hay múltiples técnicas para pedir un beso a un niñ@ que son ampliamente aceptadas por la sociedad, pero que esas mismas técnicas, aplicadas de adulto a adulto, hoy son consideradas chantaje emocional, violencia y maltrato psicológico sin ningún tipo de dudas. Veamos algunas:

  • Dale un beso a la abuela
    • Ésta es la opción más “light”, parece inocente, pero el lenguaje ya es imperativo. Podemos probar con un ¿te apetece darle un beso a la abuela? con esas palabras estamos validando la opción de decir no.
  • Si no me das un beso me pondré triste
    • ¡Empieza la fiesta! Esta frase suele venir después de una primera negativa por parte del niño o niña. Entonces la persona pasa de una petición a hacerle responsable de que su estado emocional.
  • Si no me das un beso es que no me quieres
    • Los niños y niñas desean querer y ser queridos, como cualquier persona. Eso no quiere decir que siempre tengan que tener ganas de dar un beso. Cuando un adulto condiciona el amor a un beso en un momento concreto, puede ser motivo de confusión
  • Si me das un beso te doy…
    • El chantaje en su esencia más pura. Enseñamos que con sus besos pueden conseguir cosas que sabemos que quieren (aplausos) Luego vendrá la adolescencia e intentaremos convencerles de lo contrario…
  • Si no me/le das un beso no te doy / no puedes / no vamos
    • El colmo de los colmos de los besos robados. Chantaje emocional, combinado con arrebatarle al niño o niña algo que sabemos que quiere o que ya tiene, y hacerle entender que no dar ese beso le hará perderlo.

Seguro que existen otra modalidades, porque el ansia de que los más pequeñ@s nos den besos es algo superior a nosotros. Aquí he puesto las más conocidas. Os invito a pensar en estas frases en un contexto de amistad o de relación sentimental. ¿Qué pensáis?

Algun@s de vosotros pensaréis que es algo que no tiene tanta importancia como decimos, quizás por no haber reflexionado sobre ello o quizás porque en el fondo sabemos que es algo que no es fácil desaprender por lo interiorizado de nuestra sociedad.

No es fácil luchar contra una abuela o un abuelo que quiere el beso de su nieto o nieta (por no hablar de los amig@s y conocid@s de los abuel@s) pero siempre hay tácticas que podemos emplear, sumado a charlas, paciencia y quizás las lectura de éste post jeje.

Nuestro hij@, sobrin@, prim@… no será más educado o menos por entrar o no en el juego adulto de los besos de hola y adiós. No nos querrá más o menos por no darnos un beso en el momento en que NOSOTROS lo queremos. No será más o menos obediente por ello.

Dicho esto solo me queda concluir: no obliguemos a dar besos a l@s niñ@s, no les obliguemos a recibirlos, no queramos darles a entender que con su cuerpo pueden conseguir cosas que anhelan. No vinculemos su amor hacia nosotros a “ESE BESO”. Empoderemos a nuestras niñas y niños, hagámosles entender desde pequeñ@s que ell@s y sólo ell@s son los dueños de su cuerpo y por tanto, los que toman las decisiones sobre qué hacer con él.

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2 Comentarios

  1. Me ha encantado! Totalmente de acuerdo con tooodo!!
    Tal vez voy a ser demasiado exagerada pero, obligándoles a dar besos también les hacemos creer que estan obligados a recibir muestras de afecto que no desean. Eso puede llevar a que un adulto cercano a la criatura puede abusar del niñ@ y hacerle creer que es una muestra de afecto que, como los besos, debe aceptar sin rechistar…
    Por otro lado, como mencionais al inicio del post, hay personas más besuconas que otras. Por eso intento hacer entender a mis alumnos que si quieren dar besos o abrazos, éstos deberán ser consentidos. De otro modo les hacemos creer que, como besar es algo positivo, pueden besar aunque la/el otr@ no quiera…

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    • ¡Gracias por tu comentario Daniela! nos alegramos que te gustara 🙂

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