¡Ya llevamos 2 semanas de colegio! Poco a poco vamos cogiendo el “ritmo” y vamos adaptándonos a las rutinas del día a día. Pues bien, en el post de hoy os explicaré un pequeño experimento que hice durante estas dos semanas de adaptación con mis alumnos de P-4.
Como es lógico, a los más peques les cuesta un poquito “desprenderse” de sus papis y quedarse en el aula todo el dia, por ello, días antes de empezar la escuela pensé: – ¿Y si busco alguna actividad que les motive a venir al colegio al día siguiente?- Mi respuesta fue más rápida y sencilla de lo que os podéis llegar a imaginar: Lo haría con un sencillo experimento, llamado “el huevo saltarín“.
Para hacer este divertido experimento no necesitamos muchas cosas.
Material:
- Vinagre
- Un huevo
- Un recipiente
Procedimiento:
¡Allá van los 3 pasos del experimento del huevo!
- Lo primero que hicimos fue pasarnos el huevo y tocarlo para ver que se trataba de un huevo normal y corriente.
- Después, colocamos el huevo con mucho cuidado dentro del recipiente. Nosotros utilizamos un recipiente de cristal pero puede ser un vaso o cualquier otro bote.
- Por último, llenamos el recipiente con vinagre hasta conseguir que el huevo estuviera cubierto completamente. – ¡Qué peste!- ¡Huele mal! – se oía entre risas por el aula.
Ahora sólo faltaba dejar reposar nuestro huevo y esperar a ver qué ocurría pero no sin antes preguntar a mis peques que creían que sucedería:
– ¡Se va a romper!- comentaban unos.
– ¡El huevo quedará pequeño! – ¡No! ¡Grande! rebatían otros.
– ¡Se hará un huevo frito!- decían- ¡ A mi me gusta el huevo!- ¡A mi no me gusta!- se respondían los unos a los otros.
Otros simplemente se reían y no paraban de repetir que olía muy mal.
Cuando la conversación parecía llegar a su fin les dije:
– ¿Os gustaría que este huevo se convirtiera en otra cosa y pudierais jugar?
– ¡En un coche!
– ¡En un juguete!
-¡Queremos jugar!- ¿Harás magia?
La verdad es que, por mucho que quisiera, no podría transcribir lo divertidas que fueron las aportaciones de todos y cada uno de ellos. Es que los niños y niñas ¡Son únicos!
Para finalizar les dije que tendríamos que esperar dos días para ver la “sorpresa” así conseguiríamos que tuvieran esa pequeña motivación para ir al colegio al día siguiente.
Estaban todos emocionados para saber en qué se convertiría nuestro huevo y a todas horas querían ver cómo estaba y si se había producido algún cambio. ¡Hasta las familias estaban ansiosas por ver un resultado lo más pronto posible!
Y pasados los dos días… ¡Wow! Nuestro huevo ya no era un huevo, pues, la cascara había desaparecido por completo. Ahora tenia una textura algo viscosa y elástica. Pero lo más divertido de todo fue ver que botaba.
-¡Qué chulo!- anunciaban emocionados.
-¡Una pelota!- decían entusiasmados.
-¡Salta!- repetían una y otra vez con una sonrisa de oreja a oreja.
¿Qué ha sucedido?
El vinagre ha reaccionado con la cáscara del huevo disolviéndola, produciendo una reacción llamada ósmosis en la cual el agua del vinagre pasa al interior del huevo a través de la membrana semipermeable que lo cubre y volviéndose elástico.
¡Espero que os haya gustado! No dudéis en hacerlo, ya sea en el aula o en casa. Os aseguro que será un éxito y además ¡Facilísimo! Aquí tenéis un video dónde explica paso a paso cómo se hace y su resultado:
una pregunta el experimento del vinagre con el huevo puede ser cualquier vinagre o puede ser solo vinagre blanco
¡Hola Lauren! En principio puede ser cualquier vinagre, pero solo hemos hecho la prueba con el blanco.
Y como lo mantenemos
¡con mucha suerte!
¡Muchas gracias APA Escolapios de Logroño!
Esta bien todo pero se le olvido algo importante lavar el huevo despues de sacarlo del vinagre