Cuántas veces nos habremos preguntado…¿Cuándo debe caminar mi bebé? No existe una edad mágica en que milagrosamente todos los niños empiezan a dar sus primeros pasos (¡Ya nos gustaría!). Debemos partir de la base que cada bebé es diferente, por tanto, como papis es importante respetar el ritmo de cada niño y evitar comparaciones que no nos llevan a nada, solamente nos aportan nerviosismo y angustia.
Si tuviéramos que poner una edad de referencia podríamos decir que un bebé empieza a dar sus primeros pasos a partir de los 12 meses y se considera dentro de la normalidad hasta los 18. Hay niños que se sienten tan a gusto caminando que ni siquiera se plantean el caminar, otros en cambio antes de los 12 meses ya empiezan a dar sus primeros pasos con ayuda de muebles u otras superficies.
El gateo es la etapa previa al caminar (es muy frecuente pero no todos los niños deben pasar obligatoriamente por esta fase) y es muy beneficiosa para el bebé ya que fortalece todos los músculos y además favorece la coordinación entre brazos y piernas. Debemos fomentar que se mueva y crear un espacio limpio y seguro para él. Papis, controlad enchufes, cristales, figuritas que se puedan romper… y ¡A dejarle experimentar!
Con tantos avances vuestro peque empezará a descubrir el mundo en el que vive. Podrá acceder a lugares distintos que antes sólo podía verlos con vuestra ayuda. La vigilancia debe aumentar y al mismo tiempo habrá que poner límites. Me explico mejor. El dejar experimentar no contradice a que en determinadas ocasiones podamos decir un “no”. Debemos concienciar a nuestro hijo de ciertos peligros con los que se puede encontrar y, por tanto, habrá cosas que no podrá hacer.
Y con tanto progreso en el andar, el cochecito ya no debería ser nuestro fiel compañero a todas horas. Deberíamos limitarlo a cuando fuera estrictamente necesario o bien ir combinandolo con el caminar . El andar (aunque le cueste un poquito y no lo haga del todo bien) le ayudará a fortalecer toda su musculatura, mejorará su estabilidad y la coordinación entre las dos piernas ¡Qué más se puede pedir!
Es muy importante transmitirle confianza y elogiarle siempre que sea posible. Si le decimos “cuidado que te caerás”, “vigila que te harás daño” etc. no estamos ayudando a que el bebe se sienta seguro de si mismo. Si por el contrario, le animamos, y ve en nosotros una gran satisfacción el grado de autonomía ira en aumento. No olvidemos que, como ya he dicho anteriormente, habrá que anticiparlo de los peligros y evitar ciertas acciones pero nunca convertirnos en papis sobreprotectores que no dejan hacer nada a sus bebé. ¡Que difícil os lo estoy poniendo!. Por un lado debe ser obediente y por otro dejarle experimentar y que sea autónomo.
Y por si no fuera poco, os animo también a que le dejéis que se vista solito. Ya sabemos que si le vestís vosotros , ira todo más rápido , llegaréis puntuales a los sitios y , probablemente, de mejor humor pero, en cambio, no aprenderán.
Debemos potenciar que intente vestirse solito, ya sea elogiándolo, convirtiendo todo en un divertido juego o colocando los diferentes pasos colgados en el armario de la habitación. También podemos ayudarnos con alguna canción (por ejemplo, “Qué divertido es vestirse”) y de mucho refuerzo positivo (decírselo a su profesora). Eso sí, el mayor logro es el que debe sentir el mismo por hacerse tan y tan mayor.
No olvidemos que un niño autónomo es un niño más seguro de si mismo y con mayor autoestima y, en definitiva, ¡Más feliz!
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