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Consumir contenido VS. Contenido que consume

Ene 13, 2025 | Blog, Reflexiones

¡Hola, Profes en Apuros! 👋 

¿Cómo estáis? Esperamos que hayáis podido descansar durante las fiestas navideñas y hayáis podido volver al segundo terriblestre (para terrible el juego de palabras que me acabo de marcar) con las pilas cargadas.  

Nosotras, creo que ha sido hasta la fecha la primera Navidad que hemos decidido de forma consciente tomarnos como VACACIONES, centrarnos a tope en la familia, y apagar el ruido. ¿Que a qué nos referimos? Te cuento:  

Brain Rot, la palabra del año.  

Justo antes de las vacaciones recibí de una persona a la que admiro muchísimo – Gemma Fillol – un email en el que nos contaba que la Palabra del Año 2024 elegida por el célebre Diccionario de Oxford había sido brain rot. En él nos explicaba que brain rot se refiere al deterioro mental causado por el consumo excesivo de contenido trivial, especialmente en redes sociales 

Consumir contenido VS. Contenido que consume

¡Y ZAS! Se activaron todas mis alarmas, porque este es un tema al que precisamente llevábamos dándole vueltas desde unos meses atrás, especialmente a raíz de un capítulo de Salvados en el que entrevistaban a personas que habían trabajado como moderadoras de contenido para Meta, la empresa propietaria de WhatsApp, Instagram, entre otras.  No te haré spoiler, pero es bestia. Nos dejó muy impactadas y con el debate votando sobre cómo nos hacía sentir, y qué haríamos al respecto. Pero la vida nos lleva y ahí se quedó, como un pensamiento recurrente, que volvía en momentos puntuales con más intensidad, como cuando me descubría absorta en el móvil delante de mis hijos, o el fin de semana después de la catástrofe de la DANA, que entre stories sobre cómo ayudar, me consumí.  

El mundo está gritando.

Y tomé conciencia.  Di un paso atrás para poder ver la foto más amplia y… no sé si te pasa, pero yo al menos vivo con la sensación de que el mundo está gritando. Que el contenido que consumo en redes sociales se ha monopolizado por personas anunciando que tienen las claves del éxito, la fórmula secreta para triunfar, diciéndonos lo que tenemos que hacer, o lo que estamos haciendo mal, micrófonos enganchados en peluches, notificaciones, memes, videos de 10 segundos y “challenges” de muy mal gusto.  

Y nosotras nos encontramos, muchas veces, atrapadas en esta vorágine de contenido trivial, viendo cómo se nos escapa el tiempo entre “un video más” y “solo quiero desconectar un rato”. 

Y es que, admitámoslo, caer en el scroll infinito es facilísimo. Sí, ya sé que existe la limitación de tiempo, pero que tire la primera piedra quien se la haya saltado. Moi.

Y entonces nos asaltó la pregunta ¿Estamos siendo parte del ruido? 

Si a mí, que no estoy opositando, esta dinámica, ya me genera cierta ansiedad vital, ¿cómo le haría sentirse a una opositora que ya de por sí es una especie invadida por las dudas, la inseguridad, la frustración…? ¿Qué efecto podían tener todos estos impactos en su sistema nervioso? ¿En sus creencias?  

Y aunque no sea opositora, como profe, ¿qué impacto puede tener en mí que cuando quiero “desconectar”, me dedico a consumir contenido sobre mi trabajo, en el que además me encuentro con personas enfadadas, reclamando que interaccionemos más con sus publicaciones que “para algo se lo curran”? 

Cómo te afecta a ti 

¿Qué tipo de contenido digital consumimos? ¿Cómo me siento después de verlos? ¿Para qué lo hacemos? ¿Son contenidos que nos acercan a nuestras metas o que usamos para evadirnos? ¿Es contenido que nos nutre o nos entretiene? 

Como decía Gemma en su escrito:  

“El contenido que nutre tiene el poder de transformar. Alimenta tus ideas, fortalece tu enfoque y te impulsa hacia tu éxito épico. Nutrir tiene un impacto mucho más profundo y significativo.” 

No nos malinterpretes, el contenido de entretenimiento puede ser un descanso necesario, pero en nuestra experiencia, cuando su consumo se te va de las manos, te consume, y puede dejarte con la sensación negativa de que has perdido el tiempo. No suma a tú para qué, y el impacto que deja en ti es momentáneo, no perdura para tu vida.  

Cuál es nuestro papel en esto 

Y esto nos ha hecho plantearnos cuál queremos que sea nuestro papel, qué responsabilidad podemos tener, y desde dónde queremos aportar. ¿Queremos entretener? ¿O queremos nutrir? 

No podemos (ni queremos) quedarnos en la superficie. Necesitamos algo más. Algo que nos nutra, nos haga reflexionar y nos inspire para ser mejores profesionales, y por qué no, mejores personas. 

Nuestra prioridad no es convertirnos en parte de ese ruido. Queremos seguir generando contenido que sume, que te aporte, que te dé ganas de cuestionarte, de reflexionar sobre tu práctica docente o sobre cómo estás construyendo tu camino hacia esas oposiciones que sabes que puedes conseguir.

Retomamos nuestra newsletter 

Por eso, queremos retomar la newsletter, como ese espacio en el que nos abríamos con nuestras suscriptoras del coraçao, y al que vosotras podéis acercaros cuándo queréis, desde donde queréis, para leerla y disfrutarla con calma, procesarla, guardarla, respondernos…   

Porque, seamos sinceras: las redes sociales son fantásticas para ver gatitos y recetas rápidas, pero sabemos que, si has llegado hasta aquí, probablemente buscas algo más. Algo que puedas consumir a tu manera como quien se come un buen plato de comida, saboreándolo.  

A través de la newsletter, queremos enviarte contenido que aporte valor real a tu día a día como docente, opositora, estudiante o persona apasionada por la educación. Pero, antes de lanzarnos de lleno, queremos escucharte. Queremos saber qué necesitas, qué te gustaría leer y cómo podemos ayudarte mejor. 

Por eso, te pedimos un pequeño favor: rellena esta encuesta (¡no te llevará más de dos minutos!). Tus respuestas nos ayudarán a construir una newsletter que sea realmente para ti. 

Accede a la encuesta haciendo clic aquí

Y antes de irme, te dejo por aquí algunos recursos que me han ayudado a gestionar mejor el consumo que hago del contenido digital. Espero que te sean de ayuda y si los pruebas me encantará que lo compartas conmigo o con quien creas que lo pueda necesitar.  

Ajustar el tiempo de uso de una aplicación.  

Activar el “modo noche” al menos 2h antes de irme a dormir.  

➡ Dejar el móvil fuera del dormitorio siempre.  

➡ Crear un “parking para teléfonos” en la entrada de casa.  

➡ Llevar un libro en el bolso. Así, en los momentos “de espera” recurro al libro y no al móvil.  

➡ Cuando quiero consumir contenido sobre un tema concreto, voy directamente a la fuente y consumo lo que quiero, lo cual me permite controlar mucho mejor el tiempo que le dedico. Si te suscribes a la newsletter tengo intención de compartirte los descubrimientos TOP que voy haciendo.  

➡ Desinstalarme la aplicación. Me he quitado Instagram del móvil y de momento puedo avanzarte que la experiencia está siendo muy positiva.   

Al final del día, todas queremos sentir que el tiempo que dedicamos a lo que hacemos nos deja algo valioso. Algo que realmente merezca la pena. ¿Nos ayudas a construirlo juntas?  

Gracias por estar aquí y por ser parte de esta pequeña gran comunidad que cree en el poder de la educación para transformar el mundo 💛 ¡Seguimos! 

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