Blog, experiencias y recursos para clase profes en apuros

Espacios de aprendizaje compartido 

Sep 5, 2024 | Blog, Experiencias, Reflexiones

Hoy no vengo a hablar sobre que las niñas y los niños aprenden los unos de los otros, y tampoco sobre las bondades y ventajas que tiene sobre el aprendizaje el mezclar a criaturas de distintas edades. Si estás aquí entiendo que estamos de acuerdo en ambas. Hoy vengo a contarte la transformación que hemos hecho en mi cole en estos, no solo a nivel metodológico que también, sino en lo que respecta a la forma de organizar el trabajo en equipo (que no en grupo). Espero que pueda daros ideas para vuestros coles. 

LA SITUACIÓN: 

Me voy a centrar en primaria, aunque todo lo que digo puede ser aplicado a infantil. Desde hace años en mi colegio se dedicaban unos espacios del horario a trabajar con las comunidades mezcladas y con una ratio más reducida, ya que de 6 grupos, se hacían unos 8. Había como 2 bloques con este tipo de trabajo: Espacios Ágora y Atelier. El primero dedicado a temas que podían ser a priori más relacionados con el medio natural y social y Atelier con todo el tema artístico. En esos espacios, niños y niñas de la comunidad de medianas (1º, 2º, 3º) o de la comunidad de grandes (4º, 5º, 6º) realizaban 8 sesiones de trabajo en uno de los espacios. La elección era libre siempre que quedaran huecos en el Excel colaborativo donde cada clase tenía asignadas unas plazas. Fue entonces cuando mi primer año en el cole creé el noticiario del colegio al que llamamos TàberNews y más adelante hice el recurso descargable porque la verdad que funcionaba muy muy bien, lo tienes en English, castellano o català).

EL PROBLEMA: 

Pasaban los cursos, avanzábamos hacia un aprendizaje cada vez más competencial y globalizado y veíamos que algo no encajaba. Las propuestas eran chulas y el alumnado lo disfrutaba y aprendía, pero había varios puntos de estos espacios que no acababan de encajar: 

  • Muy estáticos y poco flexibles: Si un grupo tenía una salida, se anulaban los espacios de ese día para que no se saltaran sesiones. De la misma manera, si había algún evento especial se paraban máquinas y se seguían haciendo las 8 sesiones en vez de restar una sesión y ya, por ejemplo. 
  • Poco competenciales y autónomos: Unos más que otros, pero al final no dejaban de ser un formato taller, con un número determinado de sesiones y con una programación/guion en cada una de ellas. 8 sesiones con un inicio y un final, dirigidas por la docente. 
  • Poco lugar a la creatividad: Muy enfocadas al producto final, sobre todo en lo que respecta a Atelier, con poco margen para la creatividad y experimentación. 
  • Carga de trabajo: Como las sesiones eran cerradas, ese taller solo se podía hacer 1 curso cada 3. Así que, al curso siguiente, o creabas uno nuevo, o mirabas los que se habían hecho otros años y era probable que quisieras hacer, cuanto menos, un lavado de cara. 
  • Evaluación poco efectiva: Una evaluación a priori ambiciosa, pero que luego se acababa, simplificando de manera que el trabajo docente no resultaba del todo útil y significativo. 
  • Trabajo en grupo, no en equipo: Al final trabajábamos como imagino, pasa en muchos centros; en una reunión de comunidad se decidía en equipo qué espacios haría cada persona y una vez decidido el resto quedaba en un trabajo individual. 

EL REPLANTEAMIENTO:

La semilla del cambio empezó en la comunidad de medianas (1º, 2º, 3º), después de que el curso anterior se hiciera una prueba en uno de los espacios y fuera bien, nos propusimos darle una vuelta. Como jefa de estudios, creé un documento “guía” después de algunas reflexiones para asegurarnos que todas teníamos la misma idea sobre el propósito, metodología, evaluación… Una vez lo tuvimos claro empezó la fiesta. 

Os digo las grandes metas que nos marcamos: 

  • Flexibles y dinámicos: No tener que depender de si hay salida o la fiesta de X, si un grupo se perdía una sesión, la vida debía seguir. De la misma manera, debía de poder adaptarse a las necesidades e intereses del alumnado. 
  • Competenciales y autónomos: Se trata de que el alumnado explore su propia capacidad, sea capaz de realizar retos y superar dificultades, con la guía de la adulta. Deben dar respuesta a problemas reales y cercanos a su realidad. 
  • Creativos: El componente artístico y creativo debe contemplarse en cada uno de los espacios, evitando las manualidades o productos finales cerrados. 
  • Reducir carga de trabajo: El trabajo de un curso debía servir en mayor o menor medida para el curso siguiente. 
  • Somos un equipo: Los espacios debían de ser el resultado de una reflexión y trabajo en equipo.

LA SOLUCIÓN 

En un claustro, como en todos los trabajos del mundo mundial, las personas tienen diferentes habilidades; las hay más creativas, más racionales, más optimistas, más metódicas, más arriesgadas, más reticentes al cambio… 

Si trabajan por separado, darán lo mejor de sus habilidades, pero si trabajan en grupo, juntaran todas sus habilidades para obtener un resultado. Todo el equipo éramos conscientes de esto así que lo montamos de la siguiente manera: 

Nos propusimos diseñar 8 espacios que dieran respuesta a 2 itinerarios: Científico-Matemático y Lingüístico-Artístico. Hicimos 2 grupos y cada profe se situó en el itinerario donde creía que podía aportar más, la condición era que nadie se asignaba un espacio, porque los diseñábamos en equipo.  

Cada grupo hizo una lluvia de ideas sobre posibles espacios, y de cada espacio se hicieron subgrupos de unas 4 profes para hacer un listado de unas 10-12 propuestas que el alumnado se encontraría al entrar en el espacio. Las propuestas debían de ser multinivel, autónomas y provocadoras. Como ves, no tratábamos todos los espacios a la vez, para poder ser más durante la co-creación de cada uno de ellos. 

Ahora venía de las cosas más divertidas para mí; la defensa (este nombre lo acabo de poner yo para darle drama). Nos reuníamos todas para valorar los 2 espacios en los que había trabajado cada grupo. Leíamos título, propuestas, de qué iban, que material se usaría. El otro grupo iba portando sus ideas, completando las de las otras o a veces generando debate sobre la idoneidad o no de una determinada propuesta. Vaya, era el momento salseo. 

De hecho, hubo un espacio en concreto que tuvo tanto debate y puntos de vista/enfoques diferentes que llegamos a dejarlo el último porque nos estábamos encallando y no salíamos del bucle (salimos y ha sido la caña).  

Lo bueno es que esas críticas constructivas, al grano y sin filtro, nadie se las tomaba como nada personal, como un ataque (ya sabéis eso que os he dicho antes que hay muchos tipos de personas en un claustro). Más bien eran recibidas como diferentes aportaciones que podían desde tumbar una propuesta (de forma argumentada y consensuada), hasta modificarla para hacerla aún mejor. 

Una vez hechas estas reuniones con los diferentes espacios, tocaba diseñar unas 6 propuestas de cada uno para poder arrancar. De nuevo este trabajo se hizo sin asignar espacios, y se respetaba que cada uno trabajara en lo que más bien se le daba y le motivaba. Había personas que claramente preferían diseñar uno, y otras que se decantaban por propuestas de diferentes espacios u otras que hacían trabajos más específicos como diseño en Canva. 

Pactamos una estética, unas plantillas y un compromiso de no usar plastificadora y nos pusimos manos a la obra. La verdad que el proceso de diseño personalmente lo disfruté mucho, aunque fuera con algo de presión por los tempos. 

¿CÓMO LO CONSEGUIMOS? 

Con tiempo y calma. Al empezar pronto vimos que debíamos retrasar el inicio de estos nuevos espacios, era preferible empezar más tarde y bien que hacerlo rápido y corriendo. Lo que se empezó retrasando 15 días creo que acabó haciéndolo un mes. Destinamos muchas horas de reunión a esto, dejando en standby otras cosas intentando que lo urgente no se comiera lo importante. Flexibilizamos y estrujamos los horarios al máximo para rascar horas. 

Es necesario que los horarios se adapten a nuestro trabajo y no al revés, y hablo de las horas y el tiempo con el que contamos, no el mundo ideal 😛. 

LA PUESTA EN PRÁCTICA 

Había algo de nervios, era algo nuevo y muy diferente a lo que se hacía, y no os voy a mentir, alguna que otra voz discordante y diciendo que “Esto siempre se ha hecho así” había, pero por muy minoritaria que fuera, tensa. 

El primer día antes de ponerlo en práctica nos juntamos y les dije: “eh, lo normal es que vaya mal”. Es una manera nueva de funcionar, mucho más libre, poco guiada, la novedad, espacios muy vistosos y provocadores, en horario de tarde… Teníamos todos los ingredientes para que se revolucionaran. Hubo unas risas generales que me sonaron a un “vale bien, todas pensamos lo mimo”. 

Recordamos entre todas cómo iba a ir la sesión, ritual de entrada, de salida, funcionamiento de la libreta de hojas de registro y evidencias, los tiempos para ir a la una y… ¡Éxito! Todas salimos muy contentas, no solo no se cumplieron los pronósticos catastrofistas, sino que fue increíble la ilusión de las criaturas, la concentración, el silencio, la calma, todo el mundo concentrado en la propuesta que había elegido… Esa tarde salimos con un subidón interesante. 

Luego a lo largo del curso fuimos evaluando cómo iba todo, haciendo pequeños ajustes y sobre todo, seguíamos trabando en equipo. Todas sabíamos de qué iban todos los espacios, los podíamos sustituir fácilmente, no solo porque sabíamos de qué iba, sino porque las criaturas eran autónomas y funcionaban solas. 

ESPIRAL DE INDAGACIÓN 

Ese curso, en una formación la formadora nos dijo que lo que habíamos hecho para crear los espacios de ágora tenía un nombre y se llamaba espiral de indagación, un modelo creado por Linda Kaser y Judy Habert (reconozco que cuando supe que lo idearon 2 mujeres me gustó más la idea). Fue contando las fases y ¡Oye!, que sí que es lo que habíamos hecho. En esta web de la Fundació Bofill explica brevemente de qué trata. 

Y hasta aquí el rollazo, En otro post si os interesa me meto en materia a hablaros de los espacios que diseñamos y puedo mostraros las propuestas de algunos de ellos para que os ayude a inspiraros. ¿Hacéis algo parecido en tu cole? 


Si te interesa crear propuestas educativas que promuevan la autonomía y el aprendizaje activo en tu aula, no te pierdas el curso de Cajas de Investigación. El curso te ayudará a integrar la indagación en el aula de forma práctica. ¡Descubre más sobre este curso homologado de 30 horas en la web de Profes en Apuros! 👉 Más información aquí

Cajas de aprendizaje educación primaria

¿Te ha gustado? ¡Compártelo!:

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te informamos que la información que nos facilitas será tratada por Profes en Apuros S.L., responsable de la web, con el fin de prestarte el servicio solicitado y realizar la facturación del mismo. Los datos proporcionados se conservarán mientras se mantenga la relación comercial o durante los años necesarios para cumplir con las obligaciones legales. La legitimación se obtiene mediante la relación contractual que existe entre las partes. Los datos no se cederán a terceros sin tu consentimiento, salvo en los casos en que exista una obligación legal. Podrás ejercer sus derechos en hola@profesenapuros.com