Última semana de vacaciones. El chat del cole vuelve a pronunciarse, los nervios a flor de piel para aquellas personas que empiezan en coles nuevos… sí, compis:
La última semana de vacaciones ha llegado 😮
Nos os lo voy a negar. Necesito unas vacaciones de las vacaciones 😂. Eso de que las vacaciones “son para descansar”, hace tiempo que, en mi caso, no es así. No es una queja, de hecho, escribo este post desde el pueblo, aprovechando esos últimos días de vacaciones para hacer algunas rutas y excursiones que tenemos pendientes. Aunque a veces sí que desearía tumbarme en el sofá y olvidarme de todo, poder disfrutar del verano así, me encanta.
Este curso voy a estar en I-3. Las que me conocéis sabéis que tengo debilidad por las criaturas más peques, pero estos últimos cursos he estado con niños y niñas de 4, 5 y 6 años y lo he disfrutado mucho. Para mí, pasar de I-5 a I-3 es un gran cambio. Si alguien de ciclo superior está leyendo esto, no entenderá ese cambio, pero para las que somos de infantil, sabéis de qué hablo.
Tengo que decir que me hace especial ilusión porque mi hijo pequeño también empezará I-3 (en otro cole por eso) así que viviré una doble familiarización, jeje.
En el post de hoy, vengo a explicaros cómo vivo yo este proceso de familiarización, tanto a nivel familiar como laboral. No hay recetas mágicas para que “todo salga rodado” porque hablamos de criaturas distintas y con distintos procesos, pero sí que me parece interesante remarcar ciertos aspectos que pueden ayudar a que este proceso sea lo más respetuoso posible 🔽
Adaptación versus familiarización
Antes de entrar en materia quería dar importancia al cambio de nomenclatura. Hasta hace nada hablábamos de adaptación.
➡ La adaptación, como la palabra indica, implica que la criatura debe adaptarse a ese lugar, en cambio, la familiarización pone el foco en el entorno quien se adapta a la criatura e implica acoger a cada criatura y su familia con sus singularidades.
➡ La familiarización, por tanto, es un proceso que requiere un acompañamiento consiente y comprensión y, en la medida que sea posible, debería ser gradual.
¿Qué aspectos hay que tener en cuenta?
- Es un proceso que no tiene una duración determinada: Cada criatura es diferente y, por tanto, necesitara un tiempo diferente.
- Lo ideal es que sea un proceso gradual; conocer el espacio con la criatura y cuando sintamos que podemos irnos un rato, hacerlo. El Departament propone para las criaturas de I3: 2 días durante 1 hora y media con la mitad del grupo y otro día con el grupo entero de 9 a 12:30 horas. En general, la mayoría de los coles públicos, recomiendan una gradualidad en la medida que sea posible, pero también dan la opción para que, pasados estos 3 días, se empiece con el horario normal. A nivel familiar, se puede pactar que alguien de la familia se encargue de acompañar a la criatura, guardar días de vacaciones o cualquier otra opción que se pueda llevar a cabo a nivel familiar. Cuando la familiarización cuesta más de “lo esperado” parece que no veamos la luz al final el túnel pro creedme… ¡Todo pasa! Y os lo dice una mami sufridora, hehehe.
- La confianza es un elemento básico. Si hemos escogido esa escuela es porque nos gusta el proyecto y, aunque al principio pueda resultar doloroso, debemos confiar en quién tenemos delante. ¡Va a cuidar de tu peque, al menos, un curso entero!
- Nadie dijo que fuera fácil. Puede que estemos haciéndolo lo más respetuoso posible y aun así, haya malestar por parte de la criatura. A mí me pasó con el peque. A nivel familiar nos habíamos organizado para que fuese lo más respetuoso posible y el momento de la despedida era muy duro. En ese momento yo pensaba “hemos escogido mal, no está a gusto, esto nunca cambiará…”, pero ahora viéndolo en perspectiva, me doy cuenta de que solo era necesario un poco de paciencia y de tiempo y confiar en las educadoras. En realidad, fueron 3 días de nada, pero para mí fue eterno. Y es que cuando se trata de tu hijo o hija, a mí se me olvida que soy profe.
- A nosotras también nos puede costar la separación. Hay miles de situaciones; quizás vuestra criatura ya ha ido a la escuela infantil, pero quizás es la primera vez que os separáis y esto es un “golpe fuerte”. Confiar en las personas que van a cuidar a la criatura es básico. Preguntad, expresad vuestras angustias, pero también tened en cuenta que es un proceso y las cosas no siempre van tan deprisa como esperamos.
- En el momento que estamos en el aula, espacio o ambiente del peque es importante darle autonomía y no interferir en su juego. Podemos acompañarle a que guarde la mochila y observar cómo se mueve por el espacio, cómo se relaciona con las personas o los objetos que hay en él. Evitemos hacer la propuesta planteada o ponernos a jugar únicamente con la criatura. La idea es que se familiarice. Nuestra tarea como familia es acompañar.
- Es importante despedirse siempre. Si nos ponemos a pensar, el hecho de irnos cuando la criatura está distraída es un acto egoísta que lo hacemos de manera inconsciente porque no queremos verle llorar; ir al trabajo o donde sea sabiendo que has dejado a tu hijo o hija llorando nos hace daño y por eso intentamos evitarlo. Pensemos en la criatura. Una opción, es decir: Yo me voy, pero aquí te cuidarán y yo vendré a buscarte luego. Llorar a moco tendido con la criatura tampoco es buena idea. Si tenemos ganas de llorar, como es lógico y natural, hagámoslo al salir del cole.
Y recordar… ¡Es un proceso! Tarde o temprano… ¡Pasará! Mucho ánimo a las personas que viviréis ese proceso de familiarización, tanto profes como familias. ¡Un fuerte abrazo! 🥰🥰🥰
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