¡Hola de nuevo!¿Cómo lleváis esta primera y acalorada semana de Julio? No teníamos intención de publicar hoy este post, pero hemos pensado que teniendo a los niños en casa y con el calor que está haciendo, esta receta puede ser una buena forma de compartir tiempo con los peques y además refrescarnos con un postre ideal para los más chocolateros. ¡Esperamos que os guste!
Ingredientes:
– 750 ml de nata líquida para montar
– 750 ml de leche
– 3 sobres de cuajada
– 1 paquete de galletas tipo “María”
– 150 gr. de chocolate negro
– 150 gr. de chocolate con leche
– 150 gr. de chocolate blanco
– 150 gr. de azúcar
– Elementos decorativos: fideos de chocolate, cacao, lacasitos…
Además necesitaremos:
Materiales:
– Un molde
– Una báscula
– Un cazo
– Un cuenco
– Una batidora/ picadora
Primero empezaremos haciendo la base de la tarta. ¡Es muy fácil! Sólo tenemos que trocear las galletas e ir echándolas en la picadora. Si no tenemos picadora, podemos hacerlo de una forma que a los niños les encantará: las colocamos en un papel de periódico y hacemos un paquetito. Después pasamos el rodillo por encima hasta que las hacemos polvo. Una vez tenemos este “polvo de galleta” lo echamos en un bol y reservamos.
Después derretiremos 60 gr. de mantequilla. Para ello utilizamos el microondas: la ponemos unos 3 minutos a baja temperatura hasta que quede completamente líquida. La vertemos sobre el “polvo de galleta” y ahora llega la parte “pringosa”: tenemos que amasar y mezclar hasta crear una masa uniforme.
Después colocaremos la masa de galleta en el molde, repartiéndola por toda la base y apretando bien los bordes para que cuando vertamos el chocolate no se escurra, de forma que quede uniforme y del mismo grosor.
¡Y ya viene el chocolate! Empezaremos por el chocolate negro: echamos 150 gr de chocolate negro en el cazo junto con 250ml. de nata, 250ml. de leche, 50 gr. de azúcar y uno de los sobres de cuajada. Los pondremos a hervir a fuego medio, removiendo constantemente y con mucho cuidado de que no rompa a hervir. Una vez obtenemos una crema de chocolate homogénea la vertemos sobre la masa de galleta y la dejamos enfriar.
Mientras se enfría, preparamos la siguiente capa: cogemos nuevamente 150 gr de chocolate esta vez con leche y lo echamos en el cazo junto con 250ml. de nata, 250ml. de leche, 50 gr. de azúcar y otro sobre de cuajada. De nuevo los pondremos a hervir a fuego medio, removiendo constantemente hasta conseguir la crema de chocolate. Entonces la vertemos lentamente sobre la capa anterior de chocolate negro, con mucho cuidado para que no la rompa y se estropee la estructura de capas.
Y llegamos a la útlima capa, repitiendo la operación: vertemos en el cazo 150 gr de chocolate blanco junto con 250ml. de nata, 250ml. de leche, y el sobre de cuajada. Para esta capa decidimos no echar azúcar ya que el chocolate blanco es mucho más dulce. Ya sabéis: hervimos a fuego medio y removemos constantemente hasta conseguir la crema de chocolate.
Nuevamente la vertemos lentamente sobre la capa anterior de chocolate con leche con mucho cuidado y ¡tachán! ¡Ya está la tarta! Ahora sólo tenemos que dejar que enfríe a temperatura ambiente y después la dejaremos reposar en la nevera hasta el día siguiente (habrá que aguantar las ganas, ¡fría está muchísimo más buena!).
Al día siguiente llega la parte más divertida ¡decorarla!: para ello retiraremos el molde y colocaremos por encima lo que hayamos elegido para decorarla. ¡Y ya está! Como véis facilísima y lo bueno es que le gusta a todo el mundo. Esperamos que os guste y que la disfrutéis con buena gente.
*Notas:
Paso 2: Nos pasó que utilizamos demasiadas galletas (1 paquete entero), por lo que por mucho que mezclábamos no conseguíamos hacer una masa, así que echamos un poquito de leche a la mezcla.
Paso 4: Para “frenar” la caída del chocolate sobre la capa anterior y así no romperla usamos el truco de verter primero el chocolate sobre una cuchara.
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